29 de abril de 2012

Simplemente llora.



Cuando alguien te dice “Ya no llores, olvídate” no es un gran consejo. Cuando sentimos ganas de llorar, simplemente debemos llorar. Debemos llorar todo ese dolor que está dentro, llorar la tristeza, las tragedias, llorarlo todo. Llorar todo el dolor, botarlo fuera de nosotros, sacarlo, porque ese dolor ocupa un lugar de la alegría, del amor. Cuando lloramos no solo lloramos lo que nos duele, también lloramos el odio guardado, el resentimiento, la frustración. Nos liberamos de todo eso. Cuando lloramos regamos y tal vez algo florezca de todo eso. Porque cada lágrima nos trae una enseñanza, cada lágrima es una parte de nosotros que muere, cada lágrima es algo que quiere renacer dentro de uno. Y una vez que lo hayamos llorado todo, comprenderemos que las cosas simplemente son como son, y no por eso tienen que ser malas.

Las cosas son como son, tristes, bellas, duras, inexplicables, complicadas. En la vida nos encontraremos de todo, obstáculos, alegrías, tristezas, percances, sin sabores. Si quieres llorar, hazlo, ese es mi consejo, llora mucho; pero luego ríe, porque aun habiendo llorado un lustro, la esperanza tiene que mantenerse viva. 

Llora todo el tiempo que esperaste y sigues esperando, pero ríe sabiendo lo que vendrá.   


27 de abril de 2012

Amor.



Muchas veces nos preguntamos si el amor es complicado, si es caprichoso, si es cruel o egoísta, o simplemente, si es injusto. ¿Cómo es el amor? ¿Posesivo? ¿Celoso? ¿El amor es una angustia de todos los días? ¿Es traicionero? ¿Desilusiona? ¿El amor duele? ¿El amor es soledad? ¿El amor va y viene? ¿Cómo es el amor?
Todos vivimos en la eterna preocupación de que nos amen. Vivimos preocupados y hacemos cualquier cosa con tal de que nos amen, incluso dejar de ser nosotros mismos. Pero, que es lo que importa más ¿amar o ser amado? El idiota que se pasa encontrando “al amor de su vida” cada cierto tiempo ¿no es más feliz que el que quiere sólo que lo amen? Si las cosas van mal, el que de verdad ama la lucha, contra viento y marea, cueste lo que le cueste, lo que quiere es amar. Cuando alguien ama, le importa más la otra persona que si mismo. Cuando amas haces cualquier sacrificio por el otro, nada te hace más feliz que ver a la otra persona feliz y nada te hace más triste que ver a la otra persona triste.
Cuando uno ama, ama hasta el punto de renunciar a ese amor, por ese amor. Y ¿Quién haría algo así? No lo hacemos porque nada nos alcanza, queremos que ellos o ellas renuncien a todo, que se sacrifiquen, que lo den todo, y si no es así significa que no nos aman. Vivimos dándole al jueguito del “tú primero”, colocamos una mampara ante nosotros y solo la rompemos cuando nos damos cuenta que la otra persona ya dio todo y puede sufrir tanto como nosotros. Somos egoístas al pensar que no nos podemos arriesgar sin que la otra persona lo haga, “¿me extrañas? ¿Tú me extrañas?”, no nos animamos a dar el primer paso por miedo a ser rechazados y nos quedamos ahí, parados como idiotas dejando que se nos vaya lo que pudo ser el amor de nuestras vidas.
El que ama, ama. Ama lo que le gusta, lo que no le gusta, lo que nunca le va a gustar. El que ama no es un quisquilloso como solemos ser todos, que siempre estamos ahí buscándole tres pies al gato, buscando esa falla para decir “ves, no me amas tanto como dices, no me amas como merezco, no me amas hasta el infinito”. El amor consta en entregarse, es querer que el otro sea feliz, es que el otro sea más importante que uno mismo. Uno no encuentra el amor, el amor te encuentra, y cuando te encuentra te arrasa, te da vueltas, te transforma en aire, y lo único que llega a importar es amar, amar de frente, sin razones, sin especulaciones, sin esperar que esa persona lo diga primero, nos lanzamos a la piscina sin quedarnos a pensar si está llena o no, y si no está llena no nos importa darnos de cara, porque amamos. Amar y solo amar, porque en eso consiste todo. 

25 de abril de 2012

Puntos de vista.



¿Existe sólo una forma de ver las cosas? O sea, ¿las cosas son como son o como las vemos nosotros? ¿Son como son o como las sentimos? ¿Será que todo lo que vemos, lo vemos como queremos, con nuestra firma? ¿Existe una única verdad o todo es depende del punto de vista en el que lo veamos? 


Como diría Jarabe de Palo, “de según como se mire todo depende”. Ver las cosas siempre como queremos verlas, es una manera de estar ciego. Vivimos atrapados en nuestra única forma de ver las cosas, nada es negro ni blanco, todo depende. ¿Se puede decir que una persona sea de una manera o de otra? Hipócrita, simpática, cínica, mala, buena, coqueta, zorra, santa… Si vemos siempre las cosas desde el cristal de nuestra historia ¿podemos confiar en nuestros ojos? La amiga de tu novio: perra. El ex de tu mejor amiga: pendejo. La nueva integrante de tu grupo de amigos: hipócrita. La nueva novia de tu ex: chica fácil.


Cambiar el punto de vista, de eso se trata todo. Un punto de vista es sólo eso, una manera de ver las cosas. Ni la única, ni la mejor, ni la acertada. Cuando no queremos ver la realidad, preferimos ver lo que nosotros queremos ver.


Crecer es poder tener la habilidad de ver las cosas desde otro punto de vista, nuevo, distinto. Es poder aceptar que no siempre tenemos la razón absoluta, que las cosas pueden cambiar dependiendo del cristal con el que se mira. La mirada que importa es la nuestra, lo que ven los demás es irrelevante, son apenas puntos de vista. 

22 de abril de 2012

Abre los ojos.


A lo largo de la vida a veces nos puede dar miedo abrir bien los ojos, porque, bueno, que pasaría si cuando nos animamos a abrirlos vemos que todo está de cabeza? Eso es lo que en realidad nos pasa, le tenemos miedo a los cambios. Uno a veces cierra los ojos bien fuerte, como si al hacerlo fueran a desaparecer todos los problemas. Uno se hace el juego del loco, como si el dolor que se siente no existiera. Uno detesta y ama a esa persona, o a ese espejo, que te canta todas las verdades. Uno detesta y ama a quien te abre los ojos. Abrir los ojos puede tener un sabor agridulce para todos. Por un lado, la magia se pierde; pero, por otro lado, nos saca del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible que preferimos hacernos de la vista gorda y vivir escondidos en una cajita de cristal; otras veces la cajita se rompe, y no nos queda otra más que abrir los ojos y mirar lo que no queremos ver. Y así, sentimos que el corazón se nos arruga como una pasa y nos quedamos sin aire, nos ahogamos. Duele abrir los ojos, es como cuando sales de la oscuridad y la luz te enceguece. Hay frases que nos impulsan a no querer ver lo que tanto miedo nos da, total “Ojos que no ven, corazón que no siente”, o es preferible optar por mirar para otro horizonte y fingir que todo está perfecto. Muchas veces preferimos esconder la cabeza en la tierra como un avestruz. Pero, para que algo cambie hay que romper nuestra cajita de cristal, salir a la luz, romper la burbuja… tenemos que dejar de ser cobardes y abrir los ojos, animarnos a ver, aunque lo que nos toque para ver nos haga trizas el corazón. 

21 de abril de 2012

Dejar al viento fluir.


Cuando no sabemos a donde vamos, cualquier camino nos puede servir. Los cruces del camino dan miedo, da miedo partir, da miedo volver, las preguntas y las respuestas dan miedo. Si uno no sabe hacia donde se dirige, lo mejor es dejarse llevar, algo así como que vas flotando en el viento. A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar. Un día viviremos sólo del pasado y para que ese día nos queden unos cuantos recuerdos, para que ese día podamos decir "yo estuve ahí", para poder decir "estuve en esa pasión", para poder decir "estuve en tal pueblo fantasma, en tal amistad, haciendo tal cosa". Para poder hacer todo eso, es necesario no tenerle miedo a partir, ni a volver. Y es que estamos en una encrucijada de caminos que parten y que vuelven, si no sabemos hacían donde ir, hay que dejar que el viento se encargue. 

El viento lleva y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados. Flotando en el aire están todas las preguntas y con ellas, todas las respuestas. Y, flotando en el viento, llegaremos a donde debamos estar.

Buen viaje.

Los grandes momentos de la vida están llenos de preguntas, al igual que los grandes encuentros de la vida están llenos de interrogantes. Cuando llega el gran momento uno cree haber contestado todas las preguntas, cree estar listo. Ya en ese momento uno cree tener las respuestas y acciona. Pero siempre surgen nuevos interrogantes ¿qué? ¿cómo? cuándo? ¿dónde? y ¿por qué? eso es lo que siempre nos preguntaremos. 
Y en realidad... ¿Importa donde estamos? ¿hay que tener una razón para hacer todo lo que hacemos?, vivimos deteniéndonos con preguntas como "¿a dónde vamos?" "¿cuál es el camino?" "¿que sentido tiene todo?" nos llenamos de preguntas "¿Y si no llego?" "¿Y si no te encuentro?" "¿Y si te pierdo?" "¿Qué?" "¿Cómo?" "¿Cuándo?" "¿Dónde?" "¿Por qué?" preguntas que al final, tienen la misma respuesta.
¿Qué es esto? un viaje ¿cómo llegué acá? viajando ¿cuándo? durante el viaje ¿dónde estoy? en el viaje ¿Por qué? por el viaje. De regreso a casa, a la luna, a otro planeta, al centro de la tierra o al interior de uno mismo. Todo es un gran viaje, en el que sólo sabemos de dónde partimos, pero no a dónde llegaremos. 

Y eso... eso es lo más divertido del viaje.

20 de abril de 2012

Utopía.

Tener una necesidad nos pone en movimiento para satisfacer esa necesidad, pero tener un deseo es más potente aún; cuando deseamos algo con el alma, cada célula de nuestro cuerpo se esfuerza por lograrlo. Tener un sueño es algo de una fuerza casi sobrenatural, nos esforzamos durante días, meses, años por alcanzar ese sueño, un sueño que nos puede cambiar la vida. Pero necesidades, deseos y sueños son pequeños al lado de la utopía. Tener una utopía es algo superior, algo vital. 

Una necesidad, un deseo, un sueño puede cambiar nuestra vida, pero una utopía puede cambiar el mundo; y para bien o para mal, esa es la utopía de todos. 


Como dice Eduardo Galeano: "La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar." 


Para tener una utopía hay que tener fe para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar. La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso; la utopía es una llamada a la esperanza, por eso para cambiar el mundo es tan necesaria.


19 de abril de 2012

Errores, errores fatales everywhere.


Dicen que de los errores se aprende, pero cuando un error lastima a otro y deja marca ¿de que sirve la lección? Cuando el error que cometiste no tiene solución, cuando cometes un error que pone en peligro lo que amas, cuando el error puede ser mortal, cuando un error estúpido te marca para toda la vida, cuando un error no tiene perdón, cuando ya es demasiado tarde y por más que hagas lo que hagas no puedes reparar tu error: solo se puede llorar, porque hay errores que no tienen arreglo. Un corazón roto es como un cristal que se queda partido en pedazos, ya no se puede reparar. Son errores fatales, errores imperdonables, errores que nos torturan toda la vida; desesperados intentamos reparar ese error, hacer algo que al menos pueda enmendar todo lo que hicimos. Hay errores que cambian tu vida para siempre; hay errores inesperados, fuera de todo calculo, son errores que no tienen arreglo. Por arreglar ciertos errores uno daría su vida. 

A lo que voy es que no voy a mentir, hay cosas que hacemos que pueden dejar marcadas a las personas que más queremos y perderles para siempre. No nos queda nada por hacer más que asentir la cabeza, aprender y seguir adelante. Hay errores que no se curan con un "perdón", tampoco se curan luchando toda la vida por enmendarlos. Un error es un error, es parte del aprendizaje, es parte de nuestro crecimiento, es parte de nosotros y tenemos que aprender a vivir con ellos.


18 de abril de 2012

¿Casualidad? no.


Cuando entendemos que todo en la vida tiene un sentido, uno solo se deja llevar. La vida es como un río que avanza siempre en la misma dirección; se puede nadar a contracorriente hasta quedarnos exhaustos, pero el mismo río se va a encargar de llevarnos hacia donde debemos ir. A veces nos preguntamos ¿por que a mí? pues, la vida no nos da a elegir, te pone en un lugar y en un tiempo y el desafío está en aceptar como viene y a partir de eso avanzar y hacer algo distinto con eso que te tocó en suerte. Todo tiene un sentido y así pasan cosas de la manera más misteriosa. No es casualidad, nada es por casualidad, todo tiene un "porque". Por más que hagamos lo que hagamos, lo que debe ser... será. 

Todo tiene un sentido, aunque no siempre entendamos cual es. 

Un gran día.




¿Necesitamos fechas importantes o grandes cosas? ¿siempre tiene que ocurrir algo espectacular para que sea un gran día o un gran día se puede hacer de pequeños momentos? Pues, depende sólo de nosotros tener un "gran día". "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy", "no levantarse con el pie izquierdo" dicen. ¿Alcanza despertarse y decir "hoy será un gran día" para tenerlo? Un gran día o un pésimo día, no tiene muchas recetas para llevarlo a cabo, sólo una: está hecho de decisiones; de buenas y de malas decisiones, no solo las decisiones de uno mismo, sino también las ajenas. Pero no tienen que ser grandes decisiones, me refiero a esos pequeños gestos que nos hacen grandes. Un gesto de amor puede hacer que ese día sea, no un día más, sino un gran día. Aunque no todo está en nuestras manos: un gran día para unos, puede ser trágico para otrosDe todos modos para mi, un gran día no está hecho de grandes y espectaculares situaciones; un gran día está hecho de pequeñas cosas: una palabra de aliento, una sonrisa, una mirada, un abrazo, un encuentro y también, porque no, de una ausenciaPor eso cada día levántate con esa sonrisa que te caracteriza y sé la razón de ese "gran día" para alguien o simplemente, para ti mismo; porque sólo hace falta tomar decisiones. Yo, por mi parte, hoy decidí que será mi gran día.

17 de abril de 2012

¿Dónde está el lobo?


Tal vez se está poniendo las medias o las botas, pero el lobo siempre está ahi. Tal vez es un lobo en piel de cordero. Sí, cuando menos lo esperamos, el lobo está; asechando, husmeando, siempre está; en rincones obscuros, afilando sus dientes, el lobo está; incluso, dentro de nosotros, el lobo está. El lobo está, siempre está; tal vez no lo vemos, pero sentimos su respiración. "Juguemos en el bosque mientras el lobo no está", pero tarde o temprano, el lobo mostrará los dientes. Como la muerte, uno sabe que está ahí, que en algún momento viene, pero ¿que hay que hacer? ¿estar agazapado, tiritando de miedo, esperando que llegue? El lobo llega, tarde o temprano; si no se puede evitar, entonces mejor olvidarse del lobo. Y cuando el lobo tenga que venir, que venga y que nos encuentre bailando, felices, divirtiéndonos como locos, darle pelea al lobo. Porque el lobo es toda esa gente con el corazón oscuro, la gente que quiere debilitar nuestra inocencia, la que nos quiere hacer daño, la que nos quiere ver rendidos, con odio y rencor. No le demos cabida al lobo, bailemos. 

No me falles.


No es tan fácil confiar. Cuando te fallan una y otra vez ¿porque no te van a volver a fallar? Queremos confiar en los demás, siempre esperamos que nos digan la verdad. Cuando te molestas puedes perdonar, pero cuando una persona querida te falla, te decepciona. La decepción es una de las cosas que mas nos lastiman. Al final ¿En quién podemos confiar?, nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza. Uno no espera que sus seres más queridos le fallen, que un padre, un hermano, tu novio te falle ¿como lo puedes soportar? 


Pero el peor de los miedos no es que otros te fallen, el peor de los miedos es fallarse a sí mismo. Por eso no hay que ir por la vida cuidándonos de que otras personas nos fallen y decepcionen, hay que ir por la vida teniendo cuidado de llegar a decepcionarnos a nosotros mismos, a no cumplir lo que queremos, a no lograr lo que nos proponemos, a quedarnos callados, a quedarnos solos. 

16 de abril de 2012

El Espejo.


Cuando nos miramos al espejo, lo hacemos para ver como nos ven los demás? o para ver si el espejo nos devuelve la imagen que tenemos de nosotros mismos? A veces lo que más odiamos de los demás, es un reflejo de lo que más odiamos de nosotros. Los espejos pueden ser traicioneros, uno puede perderse en un espejo, como Narciso, que de tan enamorado de sí mismo, de tanto mirarse en el reflejo de un lago, se ahogó. Hay espejos en los que queremos reflejarnos; hay espejos en los que uno ve lo que quiere ver, pero también lo que no quiere ver; hay espejos en los que no queremos mirarnos; hay espejos en los que uno no se reconoce. Si no te gusta lo que ves en el espejo, no ganas nada rompiéndolo, uno elige qué ver en el espejo, puede ver ese rasgo que detesta o puede ver que tiene una sonrisa hermosa.  Quien no miró una ves en el espejo una imagen de sí mismo que no le gustó? No hay que luchar contra el espejo, es una pelea perdida de antemano, sin sentido. Si no te gusta lo que ves en el espejo, ríete, te vas a empezar a gustar un poco más. El espejo no miente, el espejo nos muestra las cosas tal cual son, nos muestra lo que tenemos; y también, nos muestra lo que nos falta. 

15 de abril de 2012

Fluir.



Si uno lo permitiera la vida nos llevaría por el camino que queremos caminar, pero nos cuesta confiar. Nos cuesta darle la mano a la vida y dejarnos conducir; y es tan sencillo, solo se trata de soltar amarras y dejarnos llevar, dejar que el viento nos lleve a donde debemos ir. Porque cuando uno está en el lugar dónde debe estar, todo fluye, todo es como debe ser. La felicidad de cada uno está cerca, al alcance de la mano; la buscamos afuera, lejos, pero está muy cerca, tan cerca que a veces no la vemos. La vida está llena de señales que nos conducen a nuestra felicidad, sólo hay que poder verlas.


"Sí"


Me da mucho miedo empezar algo con alguien. Porque ponte que me ponga de novia y despues que? empiezan los problemas, es muy facil lastimar a alguien sabes?, que pasa si me enamoro y me deja?, que pasa si nunca nadie se enamora de mi?, que pasa si le apuesto al amor y quedo yo sola?, todo está bien mientras estas sola, cuando empiezas algo con alguien comienzan los problemas. El amor hace sufrir mucho sabes?, dices "sí" y se vienen todos los problemas. Cuando un chico me tira onda yo ya me imagino todo lo que viene. Empieza la angustia, esperar a que te llame, si te llama mucho todo mal, que si no te llama tambien todo mal. Y mira si le dics "Te amo" y se queda todo callado, y ahi te empiezas a hacer de ideas, a imaginar "de que, porque no me ama". Y si yo me enamoro más? o él se enamora más de mí?.

Y bueno a lo que voy, esto me pasa a mí y les pasa a todos. El amor es así y tengo razón, los problemas empiezan cuando uno dice "sí", pero son unos problemas maravillosos, muchos mejores que la soledad. Así que abre la jaula donde te refugias y vuela. Que si te vas a llenar de problemas? sí, pero te juro que valen la pena.